Por fin después de tres años sin salir, este Viernes Santo por fin salió la procesión en Pamplona. El paso, El descendimiento, fué muy bien, hasta el "pocico" donde la procesión se aceleró y ya empezamos a notar el cansancio. Señalar la cantidad de gente que había en todo el recorrido y el silencio que había, solamente roto cuando las madres explicaban a sus hijos lo que estaban viendo. Realmente merece la pena.
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